martes, 22 de marzo de 2016

Entre Columnas
¡Esos candidatos!
Martín Quitano Martínez
mquim1962@hotmail.com
De golpe se acercan unas elecciones y no sabes a quien votar.
Se lo que no quiero votar, pero lo que quiero votar no lo veo.
Eso produce una impotencia enorme y los políticos deberían darse por aludidos.
Pedro Almodóvar
Trece estados del país tendrán proceso electoral donde se renovarán más de 1300 puestos de representación entre presidentes municipales, diputados y gobernadores y las campañas están por comenzar formalmente.


En Veracruz, “la joya de la corona” por su importancia en el volumen del padrón electoral, tendremos renovación de gobernador y diputados.
El intercambio de “decires” hasta ahora visto deja muchas dudas pues solo se discute lo inmediato, lo que pega, sin exponer programas de trabajo, políticas públicas de mediano y largo plazo realistas y concretas. Es de esperar que iniciadas las campañas lleguen estos planteamientos, aunque el corto período de lo que será su gestión eclipse visiones de mayor alcance, privilegiando acciones de efectos inmediatos o mediáticamente favorables para las próximas elecciones.
De cualquier manera lo inmediato es un tema escabroso, es un tema sensible que implica la recomposición de los comportamientos de muchos y la  aplicación de la ley para una significativa cantidad de servidores públicos en activo. El tema de la corrupción, la malversación de recursos públicos y la omisión de funciones es sin duda punto obligado del debate veracruzano; los daños causados al presente y al futuro veracruzano son incuestionables, haciendo impostergable la presentación de propuestas y la realización de acciones concretas en caso de ser electos cualquiera de los que ahora se presentan como candidatos.
Si la inseguridad nos causa terror y es otro tema pendiente de propuestas claras para combatirla, poco podríamos dudar que ésta tiene mucho de sostén en la fortaleza de la corrupción y la impunidad que se han adueñado de las instituciones de la entidad, por ello la oportunidad de presentar propuestas frente al flagelo de la corrupción es hoy por hoy urgente, rebasando en su alcance la acción necesaria de llevar a la cárcel a los que tanto han socavado el patrimonio público y obligar las devoluciones que correspondan.
Se requiere la aplicación inmediata de la ley, haciendo efectivos y ampliando los mecanismos legales, políticos y sociales que hagan cumplir las reglas y restrinjan las oportunidades de opacidad y discrecionalidad en la toma de decisiones, que incorporen mayor protagonismo  a la participación ciudadana y que la rendición de cuentas sea un hecho.
A este imperativo de vida social y política se enfrenta una vez más la tozuda realidad. El factor humano, los hombres y mujeres que deberán llevar a cabo esta tarea se convierten en el factor neurálgico de su viabilidad como solución de los problemas. Entre los candidatos que buscan el voto para diputados se observan condiciones desfavorables de claridad y capacidad, de historias negras, inexperiencia legislativa y administrativa de los alcances y responsabilidades del encargo que buscan tan afanosamente.
Una significativa mayoría de los aspirantes a integrar el legislativo no parecen motivados de la aspiración de servicio público en el cumplimiento del marco jurídico, sino tan solo lograr un espacio que les brinde un jugoso sueldo y la oportunidad de cubrir intereses muy particulares o de cofradías políticas, sin trascendencia ni importancia de lo público.
La discusión política real de los asuntos que le preocupan y lastiman a la sociedad ni son entendidos ni preocupan para su respuesta, la ignorancia y la banalidad con que se mueven, el desprecio que tienen para con los problemas sociales obligan a observar con preocupación las boletas electorales.
     
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El PVEM, de lo verde a lo podrido sin pasar por lo maduro.   


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