Metapolítica
Contra el racismo
Gregorio Jácome Moreno
El
subconsciente es el estado de la mente que rige una buena parte del
comportamiento humano, de acuerdo con Freud, este mueve impulsos y genera
reacciones que sacan a relucir al verdadero yo que todos traemos dentro.
De
manera previa a utilizar el adjetivo “prieto” como ofensa, quizá alguno de sus
asesores que con seguridad cobra un sueldo ostentoso le pudo fácilmente haber
recordado al dirigente priísta dos cosas esenciales. En primer lugar, que la
mayoría de los mexicanos provenimos de una mezcla racial sucedida durante la
época colonial donde los españoles que llegaron a este territorio se mezclaron
con los indios nativos para constituir una población mayoritaria de mestizos,
en aquella época se utilizó una extraña clasificación racial para denominar los
productos de dichas mezclas con nombres tan peyorativos como “perro” y
“saltapatrás”. Y algo más importante que con seguridad Enrique Ochoa desconoce,
y no es más que la tercera raíz de los mexicanos proviene de África, un
numeroso contingente de africanos llegaron también en la época de la Nueva
España en calidad de esclavos para trabajar en las plantaciones de caña de las
Haciendas. De hecho, una de los mejores etnografías que se han escrito en
nuestro país lleva el nombre de “Cuijla: esbozo etnográfico de un pueblo negro”
cuyo autor es el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán quien retrata en este libro imprescindible
una monográfía diacrónica de un pueblo de negros ubicado en la Costa Chica de
Guerrero.
La
segunda cosa que algún probable asesor del dirigente priísta le debería de
recordar– que por cierto se ve que no trabajan- es que México ha sido gobernado
siete veces por presidentes de tez morena: Vicente Guerrero, Benito Juárez,
Juan Álvarez, Juan Nepomuceno Almonte, que era hijo natural de José María
Morelos, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta y Emilio Portes Gil que era nieto de
haitiana.
Quizás
un tanto cegados por la discriminación racial que practican nuestros vecinos
anglosajones del norte, no advertimos que en México no erradicamos para siempre
esta práctica denigrante. “Nació bonito, güerito y de ojos azules” dicen
algunas expresiones populares cuando una madre da a luz, por ejemplo. O bien
cuando asistimos a una fiesta de gala es común ver a los periodistas de
sociales tomar fotos en su mayoría a la gente de tez blanca que lucirán en sus
páginas a colores. Otra expresión del criptoracismo del mexicano es cuando
aborda un camión y al ver lugares vacíos prefiere sentarse junto a alguien
blanco que junto a alguien de aspecto humilde y moreno.
Ni
hablar, el subconsciente traiciono al líder del PRI, no midió las consecuencias
de insultar a los neo morenos con un adjetivo racista, repito: no lo logro, y
va a ser difícil que revierta el sentimiento de asco e indignación hacia su
persona – y que ojo, no refleja el sentir de la mente de todos los priístas -
de millones de mexicanos que llevamos dentro las tres sangres que nos unifican
entorno a un sentimiento de identidad nacional.
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