Entre Columnas
Veracruz; la obligación
de los acuerdos.
Martín Quitano Martínez
Los
tiempos veracruzanos de hoy son esa construcción de las complicidades, la
corrupción y las incompetencias, son ahora mismo la representación de los
retrocesos, del olvido y la traición de la historia liberal y progresista, la
edad media que se enseñoreo en los últimos años ha causado un destrozo mayor de
las condiciones de vida, los deterioros son hondos y parecieranque aún no tocan
el fondo.
La
violencia y la inseguridad, más presentes que nunca, enseñan los dientes,
desgarran y dan coletazos que sugieren ser respuestas a los vacíos de los
ejercicios de gobierno, a los entornos políticos que suponen que hay una
incapacidad aúnmás profunda ahora que el barco de un gobierno impresentable
hace agua, la anomia, referente existente y característica intrínseca de este periodo
negro de la entidad es, en la agonía sexenal,másdifícil y propicia el
aquelarre.
La
vida veracruzana hoy por hoy es esa que mira con expectativa la alternancia y
la recomposición de los poderes con la esperanza de poder arribar a un espacio
que brinde salidas a las funestas condiciones que lamentablemente se presentan,
donde la asperezaes notoria y el temor es el saber que nadie pareciera estar a
salvo.
La
historia juzgará a los responsables pero no puede ser solo eso, los quebrantos
y la cancelación de futuros promisorios construidos sobre los actos de los sinvergüenzas
merecen sanciones que rebasen la venganza y sean tan solo ejercicios legales
que logren que los que delinquieron asuman las consecuencias, el cinismo de
moverse con plenitud de impunidad de muchos políticos y funcionarios debe ser
sometido y puesto bajo el ejercicio de un estado de derecho que no debe ser
letra muerta.
La
construcción de fortunas producto de la malversación de recursos públicos en
Veracruz son ese capítulo donde muchos pensaron siempre gozar de corazas
suficientes para ser intocables y esperemos que esto no sea así, los vientos
frescos que la alternancia puede brindar son esos que hagan que se rindan
cuentas,que se cambien las formas y comportamientos, que construyan esperanzas
y den cause a las aspiraciones sociales manifiestas en una votación que obliga
a reconocer que nadie tiene el predominio y que se requiere sacar acuerdos de
entre los actores políticos y los partidos por el bien de nuestra entidad.
Tener
altura de miras es una responsabilidad que mostrara las voluntades que los
momentos de la crisis veracruzana sacaran a flote, las necesidades son muchas y
la urgencia para abrir puertas de salida a los problemas es de la mayor
magnitud, la política ennegrecida y descalificada por las mayorías debe ser
reivindicada en los hechos y con actos que muestren que es posible en la
pluralidad y las diferencias dar la cara en el compromiso y la lucha por un
Veracruz distinto y mejor.
Los
miedos veracruzanos están en la piel de la vida de todos los días, la pobreza y
los hartazgos son esos condimentos de un caldillo social, que estando en
ebullición, puede desbordarse, el hartazgo, el enojo frente a esos
comportamientos miserables de los que se regodearon en el pinche poder marcaron
la historia veracruzana, esa misma que tendremos que rehacer de cara al futuro
sobre la base de identificar los elementos que nos hagan coincidir y sobre ello
nos lleven a tomar acuerdos para mejorar nuestra situación dondemás allá de
diferenciasnos permitan trascender el estado a la que fue llevada nuestra
entidad.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
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